25.10.06

(23) Educación superior y desarrollo económico

Situación de la ciencia, tecnología e innovación en el Perú.

Según cifras del 2005, el Perú ocupa la posición 75 en la medición internacional del índice tecnológico, descendiendo cuatro posiciones respecto al año 2004, lo que evidencia su retraso en la incorporación de los aportes de la CTI a la economía[1]. Según estudios de INDECOPI, la balanza internacional del conocimiento en el 2004 ha sido deficitaria para el país en 427 millones de dólares, por concepto de intercambio de bienes con mediano y alto contenido tecnológico, y en 539 millones de dólares por concepto de servicios intensivos en tecnología. Esto indica que una parte significativa de la demanda nacional está incentivando y financiando el desarrollo del conocimiento en otros países. La formación de redes e instancias regionales de CTI en el Perú es aún débil debido al incipiente grado de descentralización y vinculación entre instituciones de CTI así como a su escaso financiamiento estatal y privado, por lo tanto, en Lima se concentra la mayor parte de las capacidades de investigación y desarrollo del país.

Investigadores calificados y áreas de especialización.

De acuerdo a las publicaciones científicas internacionales indexadas, se estima en un número no mayor de mil los investigadores peruanos activos y calificados internacionalmente, con títulos de doctor, en todos los campos de la Ciencia y Tecnología, tanto en el país como en el extranjero. Un 40% de estos investigadores trabaja fuera del país y muchos de ellos lideran investigaciones en países más desarrollados. Sin embargo, el conjunto de recursos humanos en ciencia y tecnología, integrado por la totalidad de profesionales y técnicos de las ramas de ciencias naturales y exactas e ingeniería y tecnología, independientemente de la actividad que realizan, asciende a 119.407 profesionales universitarios titulados y a 117,003 técnicos de formación superior no universitaria que, en conjunto, corresponden al 24% del total de los recursos humanos nacionales con formación superior[2].

Artículos científicos de peruanos en publicaciones internacionales.

En el 2003, se registraron 423 publicaciones de autores peruanos en el SCI (science citation index) y 252 en Pascal. La información de RICYT (Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología Iberoamericana e Interamericana)[3] expresa un interesante crecimiento de publicaciones científicas peruanas en el periodo 2000-2003. Sin embargo, continúa siendo una muy pequeña contribución a los avances mundiales[4]. El 89% del total de estas publicaciones fue realizado con la participación de científicos extranjeros y en la mayoría de los casos fue resultado de la cooperación con instituciones científicas de diferentes países. La mayor producción está concentrada en las áreas de las ciencias médicas con un 46%. Luego tenemos a las ciencias biológicas con 21%, seguidas por las áreas de ingeniería con 12%, física con 9,7%, química y bioquímica con 5,1%, geología y geofísica con 5,1% y matemáticas con 1,4%[5]. Las universidades son las responsables del mayor volumen (55%) de lo que se produce en materia de publicaciones científicas de calidad avaladas por la comunidad científica internacional destacándose entre ellas, la Universidad Peruana Cayetano Heredia (20%), la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (11%), la Pontificia Universidad Católica del Perú (7%) y la Universidad Nacional de Ingeniería (2%)[6].

Patentes.

También la generación de soluciones a problemas prácticos ha descendido en las últimas décadas. El coeficiente de invención, que registra el número de patentes solicitadas por residentes por cada 100.000 habitantes, ha descendido de 0,07 a 0,01 entre 1978 y el 2002. Por su parte, la cantidad de patentes solicitadas por no residentes respecto a las solicitadas por residentes, ha crecido de 4,78 a 26,6 entre 1977 y el 2002[7].

Innovación en las empresas.

Según la encuesta realizada por CONCYTEC a 8.978 empresas en 1999, sólo el 8% se declararon innovadoras. De éstas, sólo 63 consideraron prioritaria la I+D. Ocurre que estas actividades se gestionan de manera informal y empírica asimilando y adaptando la tecnología gracias a la habilidad de sus profesionales, con muy poco aporte de I+D.

Lugar de la investigación en la enseñanza, en la educación superior.

El Perú invierte el 0,08% de su PBI en la investigación, ciencia y tecnología. Las universidades estatales tienen restricciones fiscales y deben desarrollar actividades generadoras de ingresos para cubrir más del 30% del total de sus gastos, pero sólo un 6% de su presupuesto lo dedican a la investigación científica y el desarrollo experimental. Hacen falta, además, alternativas efectivas de formación continua, tanto en el campo de la investigación como en el de las TIC[8]. Además es difícil enseñar a investigar sin profesores que son investigadores o sin proyectos de investigación dentro de la universidad.

Lejos de la realidad.

La Comisión Nacional por la Segunda Reforma Universitaria, señalaba que la desconexión entre la universidad peruana y el país se expresa tanto en los contenidos curriculares básicos como en la consiguiente inadecuación de su oferta profesional a las necesidades estratégicas del país. La debilidad en la pertinencia de sus perfiles curriculares afecta la determinación de las prioridades en la formación profesional que ofrece, pues las distorsiona, así como en la definición de las necesidades en el campo de la investigación. En tal sentido, plantean, la discusión programática sobre la reforma universitaria en el Perú tendrá que incorporar como un eje la pertinencia de su actividad académica y científica actual en un país pluricultural y biodiverso[9].

Infraestructura y equipamiento para la investigación.

Según cifras del 2002, el Perú disponía de 1.232 laboratorios, 384 bibliotecas, 41 plantas piloto y 100 estaciones o campos experimentales para las actividades científico-tecnológicas en universidades e institutos superiores. La mayoría de estas instituciones no cuenta con instalaciones completas (aire comprimido, alta tensión, generación de vacío, gas nitrógeno líquido, etc.) para la experimentación y pruebas inherentes. En algunos casos, los servicios de certificación de la calidad y metrología en las empresas y organismos del estado son insuficientes para la implementación de estándares internacionales, fundamentales para una economía orientada a la exportación[10].

[1] Plan Nacional Estratégico de Ciencia, Tecnología e Innovación para la Competitividad y el Desarrollo Humano 2006-2021. CONCYTEC-SINACYT. Lima, 2005. pp.17.
[2] Ibíd. P. 20.
[3] La RICYT participa como miembro observador de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y trabaja en conjunto con organismos internacionales como la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), el Instituto de Estadística de la UNESCO, la Secretaría Ejecutiva del Convenio Andrés Bello (SECAB), el Caribbean Council for Science and Technology (CCST) y la Comisión para el Desarrollo Científico y Tecnológico de Centro América y Panamá (CTCAP).
[4] Ibíd. P. 20, Fuente: RICYT.
[5] http://www.universidad.edu.pe/files/boletin/boletin14ocu.pdf. Editorial de revista institucional de la UNMSM.
[6] http://sisbib.unmsm.edu.pe/BibVirtualData/publicaciones/consejo/boletin45/editorial.pdf
[7] Fuente: CONCYTEC (2003) “Perú ante la Sociedad del Conocimiento: Indicadores de CTI 1960-2002”. p. 181.
[8] Fuente: www.concytec.gob.pe/noticias/plan%20de%/20emergencia.htm (ver anexo).
[9] Diagnóstico de la Universidad Peruana: Razones para una nueva reforma universitaria Comisión Nacional por la Segunda
Reforma Universitaria, 2002.
[10] Ídem. pp.20.